miércoles, 4 de marzo de 2015

Post-rehabilitación.

Y aquí estoy yo, frente a esta gran pantalla. Tengo la sensación de reencontrarme con un viejo amigo. Al menos aquí puedo escribir con comodidad, sí. ¿Por qué escribo? Aquí estoy yo, indefensa y sin necesidad de abrir mis sentimientos y pensamientos escribiendo, pero que simplemente lo estoy haciendo. Débil, más débil que nunca. ¿O es todo una creación macabra de mi cabeza? Lo sabías, lo sabían y.. Yo lo sabía. Sabía que habría un momento en el que debiese volver. Y ya tengo 'cita', cual cerdo al matadero. ¿Qué será esta vez? Pero no olvidemos mi otro problema, del cual no estoy curada. Y obviamente el más importante. ¿No es enfermizo que te guste? ¿Es por añadirle emoción a tu vida? Tengo ese maldito sabor ácido en mi garganta. Un nudo en el cuello y patadas en mi estómago. "¿Qué pensarán cuando me vean entrar?" "He estado realmente enferma, no me he fugado." "¿Debería importarme? No." No quiero adentrar en ningún tema en particular, simplemente he de aguantarme y hacerlo. Punto. Estamos a mitad de semana. Al menos tan solo me quedan dos días más. Hoy no le veré, lo sé. O prefiero hacerme a la idea. ¿Por qué es tan importante? Creo que es obvia la respuesta. Pero 'no pasa nada', me repito una y otra vez. No, realmente no pasa nada. Son tan solo esas inseguridades. ¿Soy feliz? Me he tomado unos minutos de reflexión para analizar los distintos aspectos de mi vida. Y.. No, no lo soy. Solo hay un ámbito en el que soy realmente feliz, y lamentablemente no lo puedo tener todos los días. 
"Pero si yo sigo por ti, tú sigues por mí".

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